La Reserva La Falda, ubicada en las Yungas tucumanas, protege un ecosistema clave para la biodiversidad de la provincia y representa una muestra de las yungas más australes del mundo. Esta reserva se encuentra en un corredor biológico vital compuesto por parques nacionales y reservas provinciales, lo que la convierte en un eslabón esencial para la conectividad y la conservación de la vida silvestre en la región.

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La Falda es hogar de especies de alto valor como el Águila Poma, una majestuosa ave que encuentra refugio en las zonas de yungas, y la Taruca, un ciervo andino que habita en las zonas altas de la reserva. Estos animales son indicadores de la salud del ecosistema y su presencia subraya la importancia de nuestras acciones de conservación.

Además, la gran cantidad de arroyos, nacientes y el majestuoso río Seco que atraviesan la reserva la convierten en un área clave para el cuidado del agua. La protección de estos recursos hídricos es fundamental no solo para la fauna y flora locales, sino también para las comunidades humanas que dependen de este vital recurso.

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La biodiversidad y los paisajes únicos de la Reserva La Falda no solo son un tesoro natural, sino también una responsabilidad que asumimos con dedicación. Proteger este rincón de las Yungas tucumanas es proteger un legado natural invaluable para las futuras generaciones.